
Por FERNANDO NAVAS TALERO
La enseñanza popular predica que la diplomacia es el antídoto contra la guerra. Por supuesto que la historia se encarga de demostrar que esto no es tan cierto, todo lo contrario. La diplomacia facilita acuerdos y estrategias para agredir y dominar naciones e incluso justificar por anticipado actos de barbarie.Siguiendo estas reglas, no resulta aventurado observar que el manejo que desde el Palacio de Nariño les vienen dando a los conflictos con los vecinos próximos: Venezuela y Ecuador, no es el más indicado y claro que no puede serlo, dado que el presidente Uribe, como buen chalán, poco tiene de caballero y sí mucho de capataz.Sin ninguna sutileza, no ahorra esfuerzos para provocar al vecindario e incluso, coreado por sus áulicos, exalta sentimientos nacionalistas gravemente inconvenientes, probablemente movido por el interés de buscar apoyo en chauvinismos antipáticos y utilizarlos en su campaña reeleccionista.El asunto no sería preocupante si no fuera porque de agravios verbales y medidas económicas de parte y parte para presionar, se pasa ahora a campos menos discretos y mucho más amenazantes de la paz y concordia entre vecinos. La instalación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano, en esta época, no es una decisión acertada.
Admitiendo sin conceder que, como lo afirma el Ministro militar, se trata de medidas inocentes y no de propósitos intimidantes, de manera que “los vecinos pueden estar tranquilos”, lo cierto es que para un buen entendedor pocas palabras bastan y esta política colombiana no ha sido de buen recibo en el continente. Es altamente provocadora, rompe el equilibrio y distancia a las comunidades latinoamericanas.Las relaciones económicas de Colombia con Ecuador y Venezuela pasan por su peor momento y, obviamente, el perjuicio lo están recibiendo la industria y el comercio nacionales, precisamente en momentos en que por fenómenos internos y externos hay que buscar mercados. Esto es tan cierto que el Gobierno ha abierto Embajada en los Emiratos Árabes dizque para explorar negocios que favorezcan el intercambio comercial en esas latitudes.La distancia entre Colombia y los Emiratos Árabes es superlativa y los negocios que ahora existen no son representativos como para despertar preocupaciones, en cambio sí las relaciones con los vecinos han sido, son y serán necesarias e indispensables. ¿Por qué entonces insistir en patrocinar una guerra fría que a nadie conviene? ¿A quién le hace favores el presidente Uribe atizando el fuego? ¿Quién tendrá interés en provocar un conflicto regional?La filosofía popular es sabia, al fin de cuentas es producto de la inteligencia de muchos hombres y de la experiencia de la historia viva de los pueblos. Por eso reza el refrán: “Más vale un amigo cerca que un hermano lejano”. ¿Por qué aventurarnos a crear desconfianza entre los vecinos, existiendo como existen antecedentes desafortunados?¿Será que al país le conviene convertirse en el patito feo de la región?
¡Prudencia, Presidente, prudencia!
Informa
Wadith de Leon Camelo
Estudiante de Derecho y Ciencias Politicas
Corporacion Universitaria Republicana.
Bogota-Colombia
1 comentario:
Apuntes para el idiota que escribió esto:
Si no utilizamos la diplomacia en nuestras relaciones exteriores, entonces cómo manejamos esos asuntos?
Si no te gusta el manejo que desde el Palacio se le da a las ocurrencias del par de pro-guerrilleros que tenemos por vecinos entonces vete a vivir allá. YO soy un buen colombiano y no simpatizo con personas que se inmiscuyen en nuestros asuntos internos, cosa que no acostumbramos hacer y que no es acorde con el manejo que se le debe dar a las relaciones internacionales. Recuerde usted, so pendejo, que uno de los principios básicos en la Declaración de Viena es el deber de respeto que se deben tener las naciones. Si respetar es que Chávez ande amenazando con maniobras militares que sí son intimidantes y asimismo inmiscuyéndose en nuestra política interior y que el otro hijo de su golfa madre ande albergando guerrilleros en su territorio, con el pequeñito detalle de que hasta salió nombrado en un video -como si nadie lo supiera- por su padrino político, pues entonces le digo, gran patán, que sus lecciones de derecho internacional, ética profesional y valores morales dejan mucho que desear.
Escribir bien no es utilizar al máximo los sinónimos que trae word. No sea mediocre. Su esfuerzo en encontrar palabras grandisonantes sólo evidencia su carencia de talento.
Exaltar sentimientos nacionalistas "gravemente inconvenientes" -apestas niño- es propio de los dirigentes afectados de demagogia. Pregúntele a alguien que sí sepa de qué habla quiénes son los demagogos en Suramérica.
Hijo, si te vieras el noticiero y leyeras por lo menos tres diarios al día te darías cuenta que la presión económica no surge precisamente desde Colombia.
Si estudiaras un poco bien la historia de las ideas políticas y aún los sistemas de gobierno existentes actualmente en la región, te darías cuenta que realmente no se trata de en qué te basas para gobernar, sino de cómo lo haces. El creciente movimiento de izquierda en latinoamérica debe ser observado como una oportunidad para lograr la integración latinoamericana, óbice del Preámbulo Constitucional de este país que tanto desconoces. El problema es que quienes lo aplican no lo hacen cuerdamente, o vaya a decirme usted que Chávez, Evo y Correa actúan como verdaderos presidentes de una República Soberana, respetuosa de los países vecinos y de las relaciones internacionales. Pensar que el ejercicio de un socialismo fallido e irracional es lo que ha creado el hito coyuntural, no las políticas exteriores de Colombia.
Por último, y aburrido de malgastar mi tiempo en responder a sus boludeces, le recomiendo que deje de bajarse los calzones ante los países vecinos sólamente porque representan esa izquierda vacía que mucho pendejito universitario sin nada más que hacer cree conveniente para su país. La oposición no se trata de simplemente llevarle la contraria al gobierno de turno, sino de oponerse a las cosas que realmente afectan el interés nacional, cualesquiera que sean los pensamientos o afanes políticos de cada quien; asimismo, la oposición debe avalar y reforzar las políticas de Estado bien orientadas y fomentadoras del bien común. Así es como realmente se hace Estado, se construye Estado. Los que llevan la contraria nada más porque sí son los llamados a ser cretinos criticones de plaza central, no grandes intelectuales -cosa que usted seguramente pensará de sí mismo con su escrito mediocre e infundado.
P.S. Valga la aclaración, no soy Uribista, pero sé que como ciudadano tengo una responsabilidad política individual que debe confluir hacia el bien común y en pro de mi profesionalismo y proyección social. Estoy seguro que usted estudia derecho, y es una lástima que se empeñe en llenar su cabeza de tantas pendejadas. Cuando realmente se saca su posición irracionalmente opositora y empiece a ver la realidad socio jurídica de la Nación, llénese de argumentos válidos y escriba, mientras tanto hágase usted mismo un favor y absténgase de publicar. No crea que todo el mundo es de pensamientos mediocres y le va a creer su cuentecillo.
Att;
FYB
Publicar un comentario